Crispijn van de Passe el joven (ca. 1593-1670)

Crispijn van de Passe el Joven nació en Colonia, el seno de una conocida familia de dibujantes y grabadores. La contrarreforma obligó a su padre Crispijn de Passe el Viejo (1565-1637) a trasladar a su familia a Utrecht en 1611, donde trasladó su taller de grabado. Muy pronto Crispijn el Joven comienza a firmar sus propias creaciones, asiste a la escuela de dibujo de Utrecht dirigida por Paulus Moreelse (1571-1638) y Abraham Bloemaert (1566-1651).

 

Allí trabajó en su obra más importante, Hortus floridus, un catálogo de plantas que constituye una de las referencias más importantes en la iconografía botánica del siglo XVII y, aunque no se trata de una obra científica, sus láminas fueron copiadas en obras posteriores durante dos siglos.

 

Hortus floridus comenzó a estamparse simultáneamente en Utrecht y en Arnhem a partir de 1614, con textos en holandés y latín, y compuesto por dos grandes partes. La primera está dividida en cuatro estaciones y contiene 173 ilustraciones de plantas bulbosas y tubérculos. Cada estación comienza con una primera lámina que representa un diseño de jardín. Los tulipanes pertenecen a la primavera. Esta organización busca una mayor utilidad para los trabajos de jardinería, al igual que había hecho Besler en su Hortus Eystettensis un año antes en Núremberg. Parece que su padre Crispijn van de Passe senior y sus hermanos Simon (1595-1647) y Willem (1598-ca 1637) también contribuyeron a los grabados de esta primera parte. La segunda parte contiene 55 láminas con cerca de 120 imágenes de árboles frutales, frutas y plantas medicinales. Estas ilustraciones son de la primera etapa de Crispijn junior, siguiendo diseños de su padre y de Joannes Woutnel. En ellas se pueden encontrar insectos y otros animales como motivos decorativos insertos entre las especies vegetales. En la primera página se invita al propietario a iluminar los grabados con los colores propios de cada especie representada.

 

A partir de 1618 vivió en París, hasta 1630. Allí se dedicó a realizar retratos de personajes de la realeza o la nobleza, además de grabados históricos, frontispicios y otras ilustraciones para libros. En 1626 se publica otra de sus obras más destacadas, Maneige royal, un tratado sobre el arte de la equitación escrito por Antoine de Pluvinel, profesor cuyo discípulo más famoso era el delfín de Francia y futuro Luis XIII. Posteriormente Crispijn se trasladó de nuevo a Utrecht, encargándose del negocio familiar, y luego a Ámsterdam, donde continuó trabajando como retratista y grabador hasta su muerte, en 1670.